domingo, 26 de agosto de 2007
El estrés y el "síndrome del quemado" afecta más a las mujeres que a los hombres
UGT pide a las empresas “buenas prácticas” para evitar los riesgos psicosociales.
-------------------------------------------------------------------------------Las mujeres trabajadoras tienen más posibilidades de sufrir carga mental, falta de autonomía, menor control sobre el trabajo y peores condiciones ambientales. Esto unido a las malas condiciones laborales y a la doble jornada que, en mucho casos, tienen que desarrollar por el injusto reparto de roles, fuera del ámbito laboral, son un polvorín que se traduce en sobrecarga, estrés y lo que se conoce como Burnout, la sensación de “estar quemado” en el trabajo. Riesgos psicosociales que les afectan más que a los hombres. UGT recuerda que la prevención también tiene que tener en cuenta la dimensión de género y hace un llamamiento a los empresarios para que adopten una serie de buenas prácticas en relación con factores de riesgos psicosociales generadores de estrés.
Las mujeres están expuestas a diferentes riesgos que los hombres en el trabajo, en función de su distinta distribución en los sectores productivos. Así, hay más mujeres en actividades relacionadas con los movimientos repetitivos, trabajos monótonos y de poca creatividad. Muchos de estos trabajos exigen agilidad y precisión, conllevan el mantenimiento de posturas inadecuadas y forzadas, ritmos excesivos o se trata de tareas poco cualificadas alejadas de la toma de decisiones. Se trata de trabajos ubicados, por ejemplo, en el sector textil, la sanidad, o el sector de los teleoperadores, desarrollados fundamentalmente por mujeres.
Este tipo de tareas, unido a otros factores laborales y sociales (las mujeres tienen peores condiciones de empleo que los hombres, sufren más precariedad laboral y encima salen peor paradas en el reparto de roles, teniendo que asumir, en general, la mayor parte de las tareas domésticas y la atención y cuidado de familiares), las conduce a situaciones de mayor riesgo que a los hombres a la hora de padecer estrés laboral o el llamado “síndrome del quemado”. Así se revela en un boletín informativo que ha elaborado el Observatorio Permanente de Riesgos Psicosociales de UGT.
Por eso, para el sindicato es importante dar un enfoque de género a las políticas preventivas y de salud y seguridad en el trabajo. Además, la integración de la igualdad de oportunidades en la acción preventiva es una indicación recogida en la Estrategia Comunitaria de Salud y Seguridad en el Trabajo 2002-2006, que se reitera en la actual Estrategia Comunitaria para el 2007-2012.
Para asegurar la perspectiva de género en las Evaluaciones de Riesgo sería necesario fomentar la participación de las mujeres para que comuniquen los riesgos a los que crean que están sometidas.
Respecto a los riesgos psicosociales, como el estrés, que tienen mayor incidencia en la salud de las mujeres, UGT solicita a los empresarios que adopten una serie de buenas prácticas entre ellas:
Fomentar la transparencia organizativa, a través de la definición de tareas, objetivos y margen de autonomía de los puestos.
Diseñar los horarios de trabajo para compatibilizarlo con responsabilidades externas al mismo.
Comprobar que las exigencias de trabajo sean compatibles con las capacidades y recursos del trabajador y permitir su recuperación después de tareas físicas o mentales particularmente exigentes.
Crear oportunidades para la interacción social.
A través de la Negociación Colectiva, elaborar Códigos Éticos de comportamiento, consensuados entre representantes de los trabajadores y empresa, que eviten situaciones que puedan generar estrés, como el acoso moral o el sexual.
Fomentar el trabajo en equipo, donde se consideren las opiniones de las distintas categorías.
Promover la estabilidad en el puesto de trabajo y establecer incentivos que compensen la adaptación a los cambios empresariales.
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